– En Francia se veneraba a un perro llamado San Guinefort

A partir del siglo XIII y hasta la primera mitad del siglo XX se veneraba en Francia y se le atribuía el ser protector de los niños; su celebración se realizaba el 20 de agosto y su oración decía: San Guinefort, protégenos de los idiotas y las serpientes malvadas”.

El inquisidor y monje dominico, Esteban de Bourbón cuenta que este can era propiedad de un caballero de Villars-les-Dombes, una localidad cerca de Lyon, quién mató a su can, al creer que había asesinado a su hijo, sin embargo, descubrió que el animal lo protegió de una serpiente que estaba en la cama del bebé.

Este santo jamás fue reconocido por la Iglesia Católica, quien incluso la prohibió, debido a que para el Cristianismo, los animales no tienen alma inmortal, además, Esteban de Borbón, señaló que se realizaban prácticas como el dejar a los niños pequeños cerca a un fuego, lo cual causó la muerte de muchos.

Fuentes: Churchpop y National Geographic

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