Este año se llevará a cabo el proceso electoral más grande y complejo en la historia de nuestro país, de acuerdo al Instituto Nacional Electoral en los comicios del 2021 están llamados a votar a casi 95 millones de electores registrados, en los cuales se renovarán más de 21,000 cargos de elección popular, todo en medio de la pandemia ocasionada por el coronavirus.
Frente a lo que se juega en los próximos comicios electorales, uno de los objetivos primordiales de la oposición en México es recuperar la mayoría en la Cámara de Diputados bajo la falsa bandera de proteger el federalismo en nuestro país. Algunos de los aspirantes a puestos de elección popular por parte de la oposición han señalado que nuestro país corre un gran riesgo por parte del actual Presidente de la República, al centralizar los recursos y desaparecer programas para realizar obra pública a través del Ramo 23 y algunos fidecomisos.
La realidad es que cuando la oposición fue gobierno, el manejo de los recursos hacia los estados y municipios fue de forma poco transparente y discrecional. Un claro ejemplo ocurrió en el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto, en donde se consolida el famoso “Pacto por México” integrado por los partidos PRI-PAN-PRD y en el que, para obtener dicho consenso por parte de los partidos más antiguos en el país, el entonces mandatario tuvo que negociar la aprobación de sus reformas estructurales a través de la apertura del presupuesto de egresos a los presidentes de los partidos y diputados federales. Dicha apertura ocasionó irregularidades y opacidad en algunos apartados presupuestarios como el Ramo 23, en donde alcaldes denunciaron a diputados federales de cobrar desde el 10 hasta el 35 por ciento de sus presupuestos por aprobarles proyectos para sus municipios.
Ante los niveles de corrupción que prevalecieron en el país en manos de los partidos hegemónicos, a su llegada a la presidencia de la república, el actual mandatario optó por modificar La Ley Orgánica de la Administración Pública Federal con el único propósito de mejorar los niveles de gobernabilidad, democracia y seguridad pública, aunado a eso, desde 2019 prácticamente no se presupuestó dinero al Ramo 23 con la finalidad de evitar instrumentos presupuestarios que no establecen objetivos de gasto, criterios de asignación, reglas de operación ni mecanismos de rendición de cuentas.
Sin duda, durante la actual Administración Pública Federal se ha cambiado la distribución del gasto público y esto no ha gustado del todo a gobernadores, diputados federales y presidentes municipales, pero también cabe señalar que el actual gobierno federal siempre ha respetado el verdadero federalismo como lo señala la Constitución Política.
Referencias
Adame , M. (6 de Noviembre de 2020). Diálogo y federalismo. La Silla Rota.
Alvarado, R. (11 de Julio de 2019). El fondo de los moches. Nexos.
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